Ocultismo por Valentina Martínez Mejía

El ocultismo, las ciencias ocultas o las artes ocultas es el estudio de diversos conocimientos y prácticas misteriosas de carácter dogmático, como la magia, la alquimia (como disciplina espiritual y filosófica), la adivinación, etc. que desde la antigüedad pretenden estudiar los secretos del universo.

La palabra española «ocultismo» deriva de la voz latina occultus, que significa ‘oculto, clandestino, escondido, secreto’, y que proviene de occulere (‘ocultar’).

Lo oculto es todo aquello que no tiene explicación, cuyo conocimiento no está a disposición de los no iniciados. En el lenguaje común, tanto en inglés como en español, lo oculto se refiere al conocimiento de lo paranormal e inexplicable, en oposición del conocimiento de lo medible y explicable, usualmente referido como ciencia. El término a veces se utiliza para designar el conocimiento que está destinado a ciertas personas y que debe permanecer fuera de la vista de aquellos no iniciados en el tema. Para muchos estudiosos ocultistas, lo oculto es simplemente el estudio de la realidad espiritual subyacente y más profunda que va más allá de la razón pura y de las ciencias del conocimiento de lo sensible y físico. Los términos esotérico y arcano tienen un significado similar y en muchos contextos los tres términos son  intercambiables.

El ocultismo también se refiere a cierto tipo de organizaciones u órdenes, sus enseñanzas y prácticas y a las corrientes literarias y de filosofía espiritual, presentes e históricas, relacionadas con este tema.

La historia del Ocultismo es muy antigua, no se conoce a ciencia cierta su origen, pues muchas culturas alrededor del mundo tuvieron prácticas misteriosas y esotéricas desde el inicio de la humanidad. Históricamente ha tenido relaciones estrechas con ciertas religiones o doctrinas puesto que su concepto se ha confundido. Los ocultistas divulgan la noción de un solo Dios, un solo poder y energía. Esta energía, Dios, es el dador, el recibidor y el mismo don en sí.

Las prácticas ocultistas ejercen un atractivo particular en los adolescentes. El peligro aumenta cuando la fascinación lúdica se transmuta en dependencia psíquica.

El hecho de que los adolescentes se orienten hacia lo esotérico, espiritual y mágico refleja su búsqueda de un sentido de la vida, de valores y objetivos éticos.
Algunos jóvenes participan en sesiones de ocultismo y coquetean con el secretismo para compensar los sentimientos de insignificancia e impotencia.
En su mayoría, superan, indemnes, el contacto con las prácticas ocultistas. La preocupación surge cuando se agregan a grupos organizados.

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